Hola, hola!
Aqui estoy de vuelta, y esta vez os traigo una de mis escenas favoritas de mi ultima novela.
A todos aquellos que ya os habeis atrevido a adquirirla....
Bueno, ya me decis si tambien es la vuestra... y sino, cual es la que más os ha gustado.
—¿No podrías
ponerte una camiseta?—dijo la muchacha un tanto incomoda.
—No.—sentenció
Nacho.—Tengo calor. Mucho calor.
El joven acabó
de poner la música y volvió al lado de María, decidió que se sentaría en el
suelo con ella.
—¿De verdad
crees que esta canción es la más apropiada en estos momentos?—dijo María, pues
estaba escuchando unos acordes que conocía a la perfección, "Let´s make a
nigth, to remember" de Mr Adams.
—No la hay
mejor.—el hombre sonreía con malicia. Sabía que estaba incumpliendo su promesa
de portarse bien. María cabeceó. Ella no podía portarse bien. Su deseo por
aquel hombre iba creciendo por momentos. Se giró a mirarlo directamente a los
ojos, dejó de lado su postura infantil y acomplejada y decidió que si iban a
hacer una noche para recordar el resto de sus días, ella sería la que, por
primera vez en la vida, tomaría la iniciativa.
—¿Sabes una
cosa, Nacho?—dijo con voz sinuosa—Es que si en el mundo pudiera existir el hombre
de mis sueños, ese serías tu.—eso era lo más parecido a una declaración de amor
que nunca le había hecho a nadie. Y había logrado decirla sin quitarle su verde
mirada de encima. No esperaba respuesta alguna de él, y sabía que él se había
comprometido a portarse bien con ella.—Lo único que me asusta mucho, es el no
ser capaz de encajar en la importante vida de alguien como tú.—la joven se
movió despacio desde la posición donde estaba en el suelo y en dos gateos se
situó justo frente a aquel hombre que por un instante, se había quedado sin
voz.—Yo nunca he tenido nada de todo esto y nunca esperaría tener algo como
esto. Solo sé que siempre me han dado mucho amor y que es todo lo que tengo
para dar. No se si eso serviría para alguien como tú.
––María yo...—comenzó a
decir Nacho al tiempo que sentía la caricia de la muchacha sobre su negro pelo.
María sintió como aquel "Hercules" tragaba saliva con problemas.
––Preferiría que no me
dijeras nada ahora.—dijo tomando su rostro entre las manos, al tiempo que se
colocaba entre sus piernas.—No ahora.
––Prometí que me portaría
bien. Me lo estas poniendo difícil, María.—Nacho permanecía con los brazos a
los lados con las palmas de las manos tocando el suelo y sudándole. No la
tocaría a menos que ella diera su pleno consentimiento.
––Lo sé.—dijo la joven
riéndose—Pero yo no prometí nada, ¿verdad?.—dijo dándole un beso en los
labios.—Considérate atacado.—dijo lamiéndole el labio inferior.—Imagino que
querrás defenderte, ¿No es así?—Nacho asintió con la cabeza sin embargo no se
movió un ápice.––Y
bien, ¿a que estas esperando?
––Quédate todo el fin de
semana conmigo, María.
––Vaya. ¿Esa es tu
defensa?.—dijo besándolo con ardor— ¿Todo el fin de semana?—preguntó María sin
cesar en su beso más que para que este respondiera a la pregunta. Nacho solo
lanzó un asentimiento de nuevo de cabeza. La muchacha evaluó la situación,
decidió dar un salto mortal con este joven que a su manera, estaba entregándole
por completo su vida.––Si
estas completamente seguro de lo que me pides, si, me quedaré contigo
todo el fin de semana.
Ains queridisimos lectores.... ¡¡me encanta esta María tan atrevida!!
nos vamos leyendo por aqui...
besos.
Do